sábado, 25 de febrero de 2012

Dolor, bronca, indignación y culpa


Hacía rato no posteaba, no había mucho que decir, ¿o sí?

Las cosas transcurrían por el rumbo de los últimos tiempos, iguales.

Sin cambios, y los que se vislumbraban no iban en el sentido que hubiese deseado, eran más que nada un retroceso; como la eliminación de los subsidios.  Realmente hubiese preferido que se mantuviesen  esos subsidios, pero no como subsidios a empresas privadas, sino como un subsidio a la clase trabajadora. Como un subsidio proveniente de empresas en mano del Estado que nunca debió perder el control de los medios estratégicos del país (electricidad, petróleo, minería, energía, transporte de pasajeros, comunicaciones, etc.) Definitivamente hubiese preferido que se mantuviesen esos subsidios y que los fondos para esos subsidios proviniesen de esas empresas que ganan fortunas y que por el mero hecho de que podemos abonarlos nos cobran en moneda constante entre el 45% y el 120% más sobre el mismo artículo producido en nuestro país que lo que lo venden en otro país.

Claro, hoy después de lo sucedido,  muchos oportunistas de siempre dirían y ¿para qué mantenerlos? ¿Para qué estatizar? Sí no son capaces de controlar lo que concesionan.

Y entonces hoy tengo mucho dolor, mucha  tristeza, mucha bronca, mucha indignación y mucha culpa.

 Tengo mucho dolor por las 51 personas que ya no están y por los cientos que quedarán con secuelas psicológicas de haber pasado por esa tragedia.

Tengo mucha bronca por como aprovechan y aprovecharán este episodio los carroñeros de siempre para sacar rédito personal, para desacreditar a quien ha hecho algo por los más desprotegidos, aunque ellos también se hallan beneficiado por esas políticas.

Tengo mucha indignación por esos funcionarios corruptos, que no faltan en ningún gobierno, que no cumplen con sus obligaciones (ya sea para sacar beneficio personal o ya sea por desidia) o por esos otros funcionarios que con tal de salvar su pellejo apelan a frases tan estúpidas como las que hemos oído de boca de Schiavi.

 Por último siento mucha culpa. Culpa como individuo y culpa como integrante de una sociedad.

Culpa como individuo por no haber posteado acerca de las cosas que no me gustaban del gobierno; por haber omitido, muchas veces, el reclamo ante entes o empresas que abusaban de mí en calidad de usuario o consumidor.

Culpa como integrante de una sociedad, donde un día somos “capaces” de quemar un tren porque no sale por problemas técnicos o de destruir instalaciones por medidas o situaciones que atentan contra nuestros derechos y a los pocos días olvidarnos de lo sucedido. Yo sé que hay agitadores profesionales, lo sé, pero nuestro deber  es señalarlos, es no seguirles el juego, dejarlos solos y al descubierto.



Culpa por una sociedad donde todo el mundo despotrica contra la corrupción en general, pero cuando conocen casos puntuales no solo no los denuncian sino que los ponen como ejemplos dignos de admirar.

Culpa como integrante de una sociedad por no cuidar el patrimonio social, por no velar por el mantenimiento de las cosas públicas, como el mero hecho de cuidar la limpieza de las ciudades, de señalar a quien no lo hace, de no cuidar el transporte público, de no señalar a quien corta un asiento o graba un pupitre.

Culpa por no cumplir con nuestras obligaciones, con no respetar la vida ajena. Con solo estar comprometidos con nuestros intereses.

Yo sé muy bien que eso vino de la mano con este sistema perverso del neoliberalismo donde prepondera el individualismo sobre el colectivo, donde la solidaridad es una palabra que ya no existe.

Lo sé. Y ahora qué?

Ahora cada uno a afrontar sus culpas y a cumplir con sus obligaciones y a exigir sus derechos.

Ahora de una vez por todas a no olvidarnos de lo pasado, a que esas 51 víctimas sirvan de experiencia.

Ahora a esperar que el gobierno tome las medidas correspondientes como lo ha venido haciendo y en el caso de que no lo haga a reclamárselo.

Sigo confiando en la capacidad de mi presidenta y espero que tome las medidas adecuadas para que quienes hayan tenido responsabilidad reciban su condena y para que este hecho no se vuelva a repetir.

Con más calma y con más datos espero postear en los próximos días sobre el accidente, sobre la falta de control, sobre responsabilidades y todo lo que a los ferrocarriles atañe.

Y PARA QUE NADIE SE PRENDA SOBRE ESTO, SIGO Y SEGUIRE APOYANDO UN MODELO QUE HA MEJORADO NOTABLEMENTE LA ECONOMIA Y LA SOBERANIA DE MÍ PAÍS. SEÑALAR ERRORES, MARCAR DISCREPANCIAS NO ES ESTAR EN LA VEREDA DE ENFRENTE, ES AYUDAR A CREAR UN MODELO CADA VEZ MAS EQUITATIVO Y SUPERADOR.