lunes, 27 de mayo de 2013

La Soberanía Alimentaria hace a un pueblo independiente



Después de mucho tiempo vuelvo a postear y lo hago con un tema que considero trascendental para un país. Lo hago en un momento en que el gobierno ha decidido ponerle precio a 500 productos de la canasta básica, medida que puede ser acertada cuando se hace por un corto período de tiempo, dado que cuando la misma se prolonga, puede llegar a crear desabastecimiento, como estamos viendo sucede en los últimos días en Venezuela.


Por otro lado soy consciente de que hay tomar medidas de control sobre el precio de los alimentos, sobre todo cuando en el mercado existen empresas que ejercen su posición dominante sobre el mercado ejerciendo practicas oligopólicas, como es el caso de nuestro país. Empresas que ante una mejoría en el poder adquisitivo del consumidor no dudan un instante en elevar sus precios hasta el límite que tolera el mercado, generando inflación que solo se basa en la maximización de sus utilidades a niveles de rentabilidad que no se condicen con las que obtendrían en cualquier otra parte del planeta.

Sobre una de las alternativas que propongo para regular el mercado desde la iniciativa privada he desarrollado el tema acá y solo le agregaría a lo expuesto la prohibición de la enajenación de las empresas promovidas por un lapso de tiempo no inferior a 20 años, para evitar la anexión de las mismas a las empresas que ejercen posición dominante en el mercado.

A esa alternativa le agregaría concomitantemente otra proveniente del Estado, la cual paso a desarrollar:

Existen en el país 19 universidades nacionales que ofrecen carreras vinculadas a la Tecnología de los Alimentos. Universidades que están radicadas federalmente en todo el territorio nacional (Ciudad de Buenos Aires, Tucumán, Salta, Santiago del Estero, Córdoba, Entre Ríos, Río Negro, dos en la ciudad de Santa Fe, Rosario, La Plata, Lanús, Luján, Tandil, Azul, Olavarría, Mar del Plata, Junín y Misiones).

Sería importantísimo dotar a las mismas por parte del Estado de la infraestructura necesaria para que funcione en cada una de ellas al menos una industria dedicada al sector, donde los estudiantes desarrollarían el marco practico de sus carreras que hoy en día solo pueden hacer en la empresa privada mediante pasantías que jamás alcanzan a cubrir la totalidad del alumnado. Estas pasantías permitirían aplicar al sector tecnología de punta y a la vez desarrollar un mercado alternativo de productos en el ámbito de un territorio federal a un precio que incluya una rentabilidad razonable con mercaderías de elevada calidad y salubridad controlada.

Lo que quiero dejar claro es que estas industrias anexadas a las Universidades deben ser manejadas como una empresa privada en la que el fin de las mismas sea obtener una rentabilidad razonable. Con esto contribuirían no solo a regular el precio del mercado, sino a la financiación de la universidad.

Cabe destacar que no solo se vería beneficiado el alumnado de dicha carrera, sino que también se beneficiaría el alumnado de las carreras de administración, de economía, de ingeniería y de abogacía que podrían realizar pasantías desarrollando tareas de auditoría, de control, de asesoramiento jurídico, de asesoramiento técnico, etc.

A la vez si la auditoría esta ejercida por el alumnado, el cual va a tener un corto período de pasantía en la misma, eliminaría el factor de corrupción y sospechas de corrupción. Por supuesto que esto requiere muchas medidas de implementación para que así suceda, pero lo que quiero dejar definido es el lineamiento general y el fin perseguido que es la eliminación de la corrupción.



Cabe acotar, en este sentido, que en la alternativa de iniciativa privada que propongo también se tiende a acotar ese factor de corrupción dado que el financiamiento propuesto se haría a pequeñas cooperativas y pymes y al ser pequeños negocios el margen de corrupción que pueda desarrollarse quedaría acotado.

Por último, todo esto debería ser complementado por el Estado con una gran campaña de educación en materia de consumo a la población, porque todos sabemos lo que puede una publicidad en nuestros hábitos de consumo y solo con información masiva sobre el tema dejaremos de comprar marcas líderes que muchas veces pueden ser de la misma y hasta de menor calidad que otras que irrumpen en el mercado. Debería de informar acerca de cuáles cosas deberíamos de fijarnos al comprar tal o cual producto.

Soy consciente que lo propuesto requiere una gran inversión en financiamiento de parte del Estado y que esta inversión restaría fondos a otros proyectos que también los necesitan, pero modestamente desde mi punto de vista, hay que comenzar ya a tomar medidas que conlleven a la soberanía alimentaria del país. Y veo a la soberanía alimentaria no solo como al autoabastecimiento en la materia, sino como el derecho de todos y cada uno de los habitantes del país a acceder a alimentos de calidad a precios justos y accesibles. Porque como dijo nuestra presidenta LA PATRIA ES EL OTRO y solamente será soberana la PATRIA cuando cada uno de los que la componemos podamos ejercer esa SOBERANIA.