En estos tiempos que corren se está viendo como la oposición mezquina ha comenzado a poner en funcionamiento todo el andamiaje de las máquinas de impedir y de la desestabilización.
En estos momentos, es entonces, cuando tanto gobierno como aquellos que apoyamos y estamos con este gobierno para que llegue a buen puerto extrememos todos los recaudos que hagan falta para llegar a buen puerto.
Como hacerlo? Cuáles son las medidas a tomar? En qué puntos debemos extremar las precauciones? Quién debe hacerlo? Ahí está lo difícil de la cuestión y creo que a todos los que nos movemos en medios alternativos de información, nos corresponde señalar errores, marcar desaciertos propios y ajenos, señalar los palos que la oposición pone a este gobierno para lograr una buena gestión y aportar ideas y soluciones.
Por ejemplo: se está comenzando a notar muchísimo como los planes de ayuda social no llegan a quienes realmente los necesitan. Esto me consta del diario reclamo que oigo en mis recorridos por el Gran Buenos Aires, por el interior de la provincia y por la provincia de Santa Fe. Y en este punto creo que gran parte de la culpa la tiene el Ejecutivo, ya que ha dejado la canalización de la ayuda social en manos de los punteros políticos que no siempre juegan a favor de los intereses del Gobierno y muchas veces se prestan al juego de la oposición, cuando no hacen un negocio personal con la entrega de dicha ayuda.
En este punto creo que el Gobierno debería dejar en manos de las organizaciones sociales, la entrega de la ayuda social. Si bien con esto no evitaría completamente la corrupción, ni las situaciones injustas, al menos dejaría de cargar con el manto de la sospecha y el clientelismo en este aspecto.
Últimamente, también he notado en el Gran Buenos Aires la gran disparidad de precios en los artículos de la canasta familiar.
Imbuidos no se sabe por qué o por quienes (bueno más bien si sabemos por quienes) muchos comerciantes y hasta algunos industriales han comenzado a aplicar el famoso “pppp” (para aquellos que no sepan que es el “pppp” estas son las siglas del “por lo que puta pudiera pasar”) de las épocas de Alfonsín. De otra forma no sería posible explicarse como bebidas como la “Manaos” pasan de precios de $ 3,20 en algunos comercios a $ 3,80 en otros, ni como el kilo de carne de peceto de novillito oscilan de $ 27 el kilo en unas carnicerías a $ 40 el kilo en otras, por citar algunos ejemplos.
Con respecto a esto, nos quedan dos medidas a tomar. La primera en lo que hace a nuestra condición de consumidores comprando en aquellos comercios que no especulan con los precios en los cuales nos rinde más el dinero. La segunda como agentes de información explicándole a esos picaros que emplean el “pppp” que las espirales en economía son muy difíciles de parar y que es mejor una espiral de confianza hoy aún a costa de parte de mis bolsillos que una espiral inflacionaria en un futuro inmediato.
En un futuro cercano iré señalando y agregando otros puntos a corregir y tratando de proponer soluciones o alternativas a los mismos y sería importante que alguien se dedique a recopilar lo que al respecto escribamos, mes a mes, quienes estamos en este tópico para informar a la sociedad y para elevarlo a nuestras autoridades.
Es hora de tomar conciencia y asumir las obligaciones y reclamar los derechos que como pueblo nos conciernen. También criticar constructivamente es apoyar a un gobierno y es nuestro deber hacerlo para ayudar a mantener y profundizar el modelo de país al que aspiramos.
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