Hoy después de más de un año de haber escrito este post y
luego de haber ido al supermercado y haberme indignado con los precios de las
bebidas gaseosas vuelvo con el tema de atacar la posición dominante que tienen
ciertas empresas en el mercado.
Porque me indigne con los precios de las bebidas gaseosas?
Porque recorriendo las góndolas de un supermercado de primera línea al que
acudo cada cierto lapso de tiempo me encuentro con que la Pepsi Cola de 2,25
litros que normalmente desde hace ya un par de meses oscilaba entre los 10,20 y
los 10,50 había descendido a $ 6,24. Igual decremento en los precios se podía
encontrar en la marca competidora por excelencia.
En ese momento me pregunte cual era el porcentaje de ganancia
de esas empresas? De un primer análisis a la ligera encontrándome en el mismo
supermercado llegue a la conclusión que si aún hoy con esta promoción vigente
no ganaran un solo peso, en días anteriores estaban facturando con un margen
del 63,46% de ganancia, porcentaje creo inencontrable en ninguna otra parte del
mundo. Pero un análisis un poco más profundo realizado cuando llegue tranquilo
a mi casa hizo que me diese cuenta que este porcentaje era mayor aún. Porque
digo esto? Porque en el día de hoy en dicho supermercado había un descuento del
15% si se abonaba con cualquier tarjeta de crédito, entonces el precio efectivo
en dicho producto era de $ 5,30 y suponiendo que en los días anteriores hubiese
el mismo descuento con tarjeta de crédito entonces el precio anterior efectivo sería
de $ 8,70 por lo cual el margen de ganancia en el supuesto que en este momento
se esté vendiendo al costo sería del 64,15%.
Al margen del tema y a propósito del descuento que hacen la
mayoría de los supermercados si se abona con tarjeta de crédito es injusto, el
hecho del costo financiero que indirectamente tienen que pagar los que menos
tienen, por el hecho de que al no poder acceder a una tarjeta de crédito
terminan pagando un 15% más. Suponiendo un sueldo de 4000 pesos, una persona
que gaste unos 2000 en alimentos está recibiendo 250$ menos que quien posee una
tarjeta de crédito.
Volviendo al tema central del post es indignante el
porcentaje de ganancia con el que venden sus productos la mayoría de las
empresas alimenticias que tienen una posición dominante en el mercado, superior
hasta tres veces a las que las mismas tienen en cualquier otro país del
planeta. Considerando asimismo que dichas empresas no tienen una tasa de
reinversión acorde a sus ganancias en el país, es dable que el gobierno debería
actuar para corregir esta situación y a tal fin se me ocurre que se debería de
obrar de acuerdo a una de las propuestas que puntualice en el post de
referencia, la cual vuelvo a explicitar a continuación:
Dado que se van a quitar unas serie de subsidios a los
servicios buscando entre otras cosas reducir el gasto público y a la vez
aminorar el crecimiento de la economía, no sería posible dedicar los fondos que
con esto se ahorre al fomento de las cooperativas, las pequeñas y medianas
empresas que sobretodo se dediquen al rubro alimenticio mediante la entrega de
créditos blandos a largo plazo y con algún tipo de subvención impositiva y/o
previsional durante los primeros años para que puedan tornarse competitivas?.
Claro que para acceder a ese fomento dichas empresas deberían cumplir
determinadas condiciones para proseguir en sus actividades, como la
presentación periódica de una estructura de costos y una tasa de ganancia sobre
sus productos acorde a la que es normal en otros países del mundo. Otras de las
condiciones para acceder a dicho fomento seria radicarse en las cercanías de
los centros productores o de los lugares que tienen mayor tasa de desempleo,
que ocupasen mano de obra proveniente de los sectores de la juventud,
preparándolas y capacitándolas.
Y todas estas condiciones serían absolutamente viables, dado
que el que da tiene derecho a poner condiciones sin el pataleo del que recibe.
No se podría argumentar que se está condicionando el mercado, porque lo que
realmente se condiciona es el crédito.
En el momento de escribir aquel post dije que para esto
necesitábamos el apoyo masivo de la gente en las urnas. Hoy ese apoyo
está. No hay excusas y si lo que se
quiere es frenar la inflación y reducir el gasto público, mediante el control
que se ejercería sobre los precios en estas empresas estaríamos poniendo
precios referenciales a esas empresas que hasta hoy ejercen su posición
dominante y por ende frenando la inflación. Por otro lado reduciríamos el gasto
público que pasaría de gasto a inversión. Finalmente por otro lado lejos de
enfriar la economía continuaríamos acelerando el crecimiento, sin dejar de lado
una de las premisas que tantos buenos resultados nos trajo hasta ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario