Ayer
vi un comentario en el blog de Gerardo Fernández de Linus que define muy bien al Kirschnerismo
teniendo en cuenta que según su punto de vista en esta época política es
gestionar economía. Según esto último el Kirschnerismo es inversión en gasto público
para generación de mercado interno. Y agrega luego: “En esta definición política-económica, el gasto público lubrica y
alimenta la maquinaria económica, si hay merma en el gasto público la
maquinaria de resiente, cruje y deja de funcionar. ¿Qué problema está teniendo
esta política económica? La misma que ha tenido históricamente la Argentina y
las grandes potencias a partir de la desregulación económica de fines de los
70', la fuga de divisas y la estafa del mercado financiero. La ganancia producida
por esta maquinaria económica se fuga, no realimenta la misma. FIN DE LA
HISTORIA. Si no solucionas ese problema, estas frito, es como querer llegar a
La plata con un buraco en el tanque de nafta, IMPOSIBLE.”
Yo diría que el gran problema se
produce cuando en este esquema de gestionar economía la producción se concentra
en pocas manos, sobre todo en sectores estratégicos de la economía (como la
alimentación), porque entonces la generación de demanda que produce este
esquema de inversión en gasto público se ve absorbida por este sector de la
producción elevando los precios para maximizar la ganancia sin dedicar un solo
centavo a la inversión (al menos a la inversión dentro de nuestro país). Es en
ese momento cuando la generación de excedentes pasa al sector clandestino de la
especulación y la timba financiera del que habla linus.
Es ahí entonces donde tiene que atacar
este gobierno, no poniendo nada más que freno a la fuga de capitales vía el
fácil acceso al mercado de divisas, porque ya sabemos que de todas formas ese
excedente va a llegar al circuito de la especulación y es ahí que faltaron y
faltan las medidas que contrarresten la psicología del ser humano y por ende de
las sociedades compuestas por el mismo que nos dicta que cuando estamos en una
condición de harta satisfacción económica para qué vamos a iniciar nuevos
procesos en los que tengamos que poner en juego trabajo e incertidumbre. Es más
fácil sentarse a especular.
En este aspecto es donde yo propongo
que la producción en esos sectores estratégicos de la economía se atomice en
varias manos con un control del estado sobre la estructura de precios
(proposiciones a las que hice referencia acá y aquí) pero leyendo ayer a Linus
también se me ocurre otra propuesta. Una propuesta más acorde al sistema capitalista,
una propuesta menos traumática para los que detentan el poder económico real
del país.
En que consiste esa propuesta? A ver,
vamos a definir un modelo de país que queremos. El del sistema de inversión en
gasto público para generación de mercado interno y para completar el esquema el
de inversión del sector privado para seguir expandiendo mercado interno y para
ganar mercados externos.
Pero esto no se consigue solamente con
voluntarismo como dice Linus, al pueblo se le conquista con la billetera y esto
mismo vale para la industria.
¿Que podría hacer el gobierno en
consecuencia para conquistar la billetera del industrial?
Se me ocurre proponerle al industrial
que cada peso que invierta en nuevas industrias será gravado con la mitad de la
tasa del impuesto a las ganancias, que los gobiernos provinciales hagan su
esfuerzo también y que a cada nueva industria radicada en sus territorios se la
grave con la mitad de la tasa del impuesto inmobiliario que le correspondería
abonar.
Muchos dirán pero si el mercado se
satura, si ya se alcanza el techo de demanda interna?
A eso le contesto con que el techo de
consumo nunca se acaba. Sí algo tuvo de acierto este sistema económico fue
interpretar acabadamente la psicología del individuo que siempre está buscando
algo nuevo que le permita sentirse un poco menos insignificante.
Por eso el techo del consumismo es
infinito, pueden ser finitas sus necesidades de alimentación, pero el techo en
general es infinito; solo hay que saber que ofrecerle y veremos que su espíritu
consumista jamás será satisfecho.
Por otro lado se me ocurre ofrecerle al
industrial que cada peso que exporte será gravado con una tasa mínima de
retención o impuesto a las ganancias. Simplemente bastará con esa mínima tasa y
con la creación de nuevos puestos de trabajo para generar mercado interno
agregado.
En definitiva proponerle al industrial:
“Vos me satisfaces el mercado interno, reinvertís tus utilidades y yo acompaño
cobrándote menos impuestos y generamos entre los dos más mercado, para que
sigas acumulando capital”.
En definitiva crezcamos todos,
crezcamos como nación, si no hacemos esto el camino que queda es la regulación
del mercado y la desregulación de los monopolios.
Pero hablarle también al corazón de su
billetera, enseñarle que si especula solo tendrá papeles pintados que servirán
para generar más papeles pintados que a la larga servirán para compran la misma
cantidad de bienes que compraban antes de generar más papeles pintados y que en
cambio sí invierten en producción tendrán bienes tangibles que servirán para
conseguir más bienes tangibles.
Es cierto lo que dice Linus que no se
supo comunicarle a la gente, que no se le hizo ver por qué tienen el bolsillo
más lleno, que no se le explicó que es ésto o el viejo modelo que tuvimos hasta
antes de ésto.
Es absolutamente cierto, pero también
es verdadero que faltó profundizar el modelo, profundizarlo haciendo que el
gobierno intervenga cada vez más en la economía o profundizarlo seduciendo al
mercado haciéndolo cada vez más productivo y competitivo para que el consumo lo
siga retroalimentando.
Nos quedamos en la mitad, es hora de
profundizarlo, de hablarle a la gente con la verdad tomemos el camino que
tomemos y ahí si explicarle lo más claramente posible que es esto o el abismo.
Que esto es en pro de sus bolsillos, que quien les ofrezca otra cosa los está
estafando y tarde o temprano terminará
saqueando sus bolsillos. Explicarles todo esto en palabras claras.
Hacerle saber a la gente que el cuco no
es un gobierno regulador de la economía o un capitalismo nacional, que el cuco
es la especulación financiera.
Si no existe un buen comunicador en el
staff, salir a buscarlo. Pero antes de nada, debemos de redondear el ciclo
definiendo medidas para que este sistema de gasto público-consumo pueda funcionar
a largo plazo.
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