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Ayer, viendo por Internet el
programa de La Hojilla en Tv, tuve acceso a una entrevista que se realizó ya
hace unos cuantos años atrás al psiquiatra venezolano Heriberto González sobre cómo
influyen los medios de comunicación sobre la salud mental de la población de un
determinado país, en este caso Venezuela, pero que puede ser aplicado a
cualquier país donde se quiera manipular la conducta de los individuos con
respecto a determinados hechos y valoración de políticos y políticas.
Me resulto sumamente interesante
el hecho de que el mismo presente ejemplos sencillos de cómo se logran estos
objetivos y que técnicas se emplean para
lograr el objetivo deseado, por lo que al final de este post añado las
entrevistas realizadas al mismo por dicho programa de televisión.
Si Uds. acceden a las mismas
verán un paralelismo semejante con las técnicas de los medios hegemónicos de
comunicación usadas en nuestro país.
Cabe acotar que estas técnicas no
se agotan con las ahí mencionadas. Habría que agregarles las técnicas usadas
para desarticular todo lo que tenga que ver con la integración de los
individuos a lo social, a la solidaridad diaria y por ende a la política. Demonizando
a las organizaciones políticas, sindicales y sociales.
Es que para quienes detentan el
poder económico, la conducta colectiva resulta sumamente peligrosa para sus intereses.
El individuo aislado es fácilmente maleable y dominable mientras que el
colectivo encuádrese en el objetivo que se encuadre tiende a abrir su mente y
lo más peligroso aún a ampliar sus fuerzas en progresiones geométricas para la
consecución de sus objetivos. Si pensar es peligroso, pensar y obrar mucho más.
Otras técnicas son repetir hasta
el hartazgo frases vacías de contenido pero que hagan recaer las frustraciones
de la gente en terceras personas en las que los medios de comunicación estén interesados
en hacer recaer las mismas.
Por otro lado en la entrevista se
toca el fenómeno de la clase media y su influenciabilidad desde los medios de
comunicación. Por mi parte creo que este es un fenómeno que va más allá de los
medios de comunicación. Creo que el mismo tiene origen con el advenimiento del
neoliberalismo y el consumismo, donde se enfatizó con el bombardeo publicitario
el sentido de pertenecer. El éxito comenzó a medirse en termino de bienes
adquiridos y esos bienes hacían al status social de una persona. Ese status
fortalecía el ego de una persona y ese ego era más grande en la medida que
hubiese menos personas que accedieran a ese status. Por eso la clase media comenzó
a distanciarse de la clase baja y a ser más afín y permeable a lo que la clase
alta decidiese o propusiese. Porque la clase alta no era una amenaza para su
ego, pero en la medida que la clase baja accediese a lo que ella poseía, su ego
se vería disminuido pues dejaría de ser uno de los pocos elegidos, para ser
alguien más del montón. Por eso aun cuando siempre sus intereses habían estado
y seguirían estando más cerca de los pobres que de la oligarquía, sus oídos se abrirían
más fácilmente a las decisiones que favoreciesen a la oligarquía.
Por eso es necesaria la
pluralidad de opiniones y posiciones en los medios de comunicación, la
intervención no solo del estado, sino de los distintos actores de la sociedad
en los mismos y la concientización de como los mismos pueden influir en la
salud individual y colectiva de las personas.
La ley de medios ha significado
un aporte importantísimo en este sentido pero todavía queda en deuda una tarea de concientización de como
los mismos pueden afectarnos sino somos capaces de informarnos dentro de una
pluralidad de visiones que pueden hacernos lograr un panorama más objetivo de
los hechos.
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